Universidad sin tiempo: ganas y amor por aprender sin importar la edad
- Ary Cornell
- 29 jul
- 3 Min. de lectura

Con más de 30 años de trayectoria, la Universidad de la Tercera Edad se ha convertido en un espacio de encuentro y aprendizaje para aquellos de edad avanzada en Castelar. Ubicada en la “Biblioteca Popular 9 de Julio”, ofrece cursos bimestrales con clases de filosofía, antropología, historia, literatura, teatro leído, biología y cine.
De acuerdo a Ana Malharro, directora actual de la agrupación, la iniciativa nació en 1994, cuando la profesora y fundadora Lucía Nieva de Álvarez comenzó a dar clases desde su propio garage en Ituzaingó.
"A Lucy le interesaba que las personas mayores siguieran conectadas con el pensamiento, con el diálogo intelectual –comparte la coordinadora académica–. En esa época ya existían agrupaciones y centros de jubilados donde la gente podía hacer gimnasia, bailar tango y folklore o jugar al truco. Pero a ella le preocupaba otra cosa: que la vida intelectual no se detuviera con la edad. No quería que la gente se 'bajara del tren' solo por ser grande”.
La agrupación pretende continuar con la formación intelectual en adultos mayores.La agrupación pretende continuar con la formación intelectual en adultos mayores.
“Ella hablaba de una idea de educación permanente, algo que hoy suena más común pero que, hace 30 años, era totalmente innovador, fue una pionera absoluta. Se puso a investigar, a recopilar información, y estudió de cerca lo que se hacía en países como Cuba y España, que estaban mucho más avanzados que nosotros en ese campo”, agrega. Luego del fallecimiento de la docente en 2005, el grupo continuó por su cuenta hasta que, finalmente, se instaló en la biblioteca de la Sociedad de Fomento de Castelar en 2022.
Actualmente, la institución cuenta con un equipo de ocho docentes dedicados a “generar un sentido de comunidad y pertenencia, el cual nos permite mantenernos a flote”, según afirma su directora. Los seminarios son dictados de manera bimestral y constan de entre ocho y nueve clases. Para estas, las temáticas a tratar son seleccionadas por el plantel docente y adaptadas a las necesidades y capacidades de sus estudiantes. “Trabajamos a veces con hasta tres generaciones, los alumnos parten de los 60 y a veces hasta superan los 90 años”, comenta Malharro.
Los cursos más demandados son los de Historia y Cine.Los cursos más demandados son los de Historia y Cine.
Antiguos docentes, amas de casa, empleados de banco, abogados e ingenieros se reúnen en las aulas durante todo el año. A la fecha, el curso de historia argentina del Siglo XIX, a cargo de la prof. Silvia Fernández, permanece como el de mayor demanda, con un total de 32 participantes. Asimismo, el interés incrementa mes a mes en otras disciplinas, entre ellas el cine. “Hemos logrado tener a personas de 70 o 75 años grabando sus propios cortometrajes, haciendo guiones y filmando por su cuenta. Es verdaderamente una maravilla”, asegura la directora.
“Recibimos una respuesta estupenda por parte de la comunidad. La gente vuelve año a año, está agradecida por la existencia de este espacio –añade–. Habrá cosas que a determinada edad ya no se pueden hacer, pero hay un montón de cosas que sí y se pueden empezar a hacer por primera vez. Nuestra fundadora sabía la importancia de los lazos comunitarios y creo que ese es el gran legado que nos ha dejado en nuestra institución. Hemos logrado mantener tanto el espíritu como la excelencia académica, que las personas aprendan algo valioso a esta altura de su vida”.
Para el equipo académico, el saber es la forma de continuar la vida en espacios de diálogo, aprendizaje y cercanía. Con inscripción abierta, esta universidad mantiene un arancel de $17.000 por seminario con posibles descuentos que invitan a la comunidad mayor local a unirse a su propuesta.






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