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Investigadores cordobeses dan clases en una universidad china

Foto del escritor: Ary CornellAry Cornell

Egresados de la Facultad de Matemáticas, Astronomía, Física y Computación (Famaf) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y también de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), la mayoría con el título de doctores, son profesores presenciales en la Universidad Guangdong Technion-Israel Institute of Technology, en la ciudad de Shantou (provincia de Cantón), en las costas del Mar de China.

Los docentes e investigadores forman parte del plantel temporario de esta casa de estudios que se abrió en China en 2015 en convenio con la israelita Technion, con sede en la ciudad de Haifa.

El doctor en Matemática Paulo Tirao, egresado y docente de Famaf e investigador del Conicet, explica que no se trata de una sucursal de Technion, sino de una research university; es decir de una universidad que realiza investigaciones. “El know how académico, el programa, las carreras y el management científico-académico son del Technion, y la gestión administrativa es esencialmente china”, explica Tirao, profesor visitante y colaborador en la coordinación del programa de reclutamiento de recursos humanos.

El 100 por ciento de los alumnos son chinos y las clases son dictadas en inglés por docentes internacionales. Los profesores permanentes y temporarios provienen de Corea, de Japón, de Singapur, de diversos países de Europa y de Sudamérica; entre ellos, muchos argentinos.

“La universidad es nueva, mediana y está pensada y aprobada en el sistema universitario chino para tener cinco mil alumnos; por ahora hay 1.200 y está en crecimiento”, explica Tirao.

Las carreras que dicta Guangdong Technion son las mismas que las de Technion en Israel: ingenierías (en Materiales, Química, en Alimentos) y Matemática con Ciencias de la Computación, que se inició en 2020, y en la que dan clases los cordobeses. Los alumnos chinos reciben un título de su país y uno israelí, y para eso tienen que cumplir con los requerimientos de ambos sistemas.

“Además de los requisitos israelíes, tienen que cubrir una cantidad de créditos por puntos y unas materias que son obligatorias en el sistema educativo chino, como educación moral y cívica, que tiene que ver con el sistema político y las leyes chinas. No es una exigencia israelí, pero sí una exigencia china”, apunta Tirao.

A largo plazo, la universidad tendrá su plantel de profesores permanentes, pero llevará su tiempo, ya que no es tarea fácil en ningún lugar del mundo y más aún si la exigencia es alta. “China es una cultura diferente y a veces no resulta tan fácil venir a China para aspirar a un puesto permanente. Por ahora, y a medida que se incorpora gente, sobrevive con profesores visitantes. Es en ese sentido en que desde Córdoba y Argentina venimos a colaborar”, dice el docente cordobés.

Paulo Tirao, Valentín Cassano y Raúl Fervari, en el Guangdong Technion-Israel Institute of Technology (GTIIT).


DE CÓRDOBA A GUANGDONG

Los cordobeses comenzaron a llegar a Guangdong Technion por contactos personales con colegas científicos de universidades en todo el mundo. Tirao y otros investigadores de Buenos Aires mantenían contacto con un matemático del Technion, nacido en Argentina pero criado en Israel, director del programa Matemática con Computación en China. A través de él, los argentinos empezaron a viajar para aportar recursos humanos a la universidad.

Los docentes visitantes tienen como tarea principal enseñar, formar recursos humanos durante un cuatrimestre de 13 semanas. Pero quienes lo deseen tienen posibilidad de una permanencia más prolongada.

Los docentes en la carrera de Matemática con Computación se distribuyen las materias de la misma manera como lo hacen en Famaf; es decir, van rotando las materias que dictan de primero a cuarto años. Además, en paralelo a la actividad docente, organizan seminarios para profesores y para alumnos y cada uno sigue adelante con sus investigaciones.

“La actividad es típica de una universidad donde se hacen investigación y docencia. En el Technion hay dos escalafones. Para ser profesor, además de tener el título de doctor, hay que hacer investigación activamente para acceder a ese escalafón. Sin doctorado no se puede enseñar materias teóricas, pero sí se puede colaborar en los prácticos. Es un sistema parecido al de Córdoba, todos los profesores de teóricas tienen doctorado, igual que la mayoría de los jefes de trabajos prácticos. En Córdoba, hay más oferta de doctores que demanda, eso es algo muy bueno que no sucede en todas las universidades argentinas. Acá es un requisito”, explica Tirao.

Guangdong Technion es una universidad internacional distinta a las típicas chinas. Tiene un campus cerrado con infraestructura moderna donde viven alumnos y docentes. “Es como una comunidad, una burbuja pero inserta en la ciudad, y hacemos vida normal, estamos en un ambiente sumamente internacional”, explica Tirao.

El sistema educativo chino también es diferente al argentino y al ingresar los alumnos deben adaptarse. “La secundaria es muy ordenada. Notamos cierta deficiencia en el aspecto creativo. En Matemáticas son buenos, pero tienen una rutina calculista, están entrenados para hacer eficiente lo predeterminado, no para enfrentar desafíos simples en los que tienen que inventar algo por sí mismos. Otra barrera es la manera en que se comunican con los ‘profes’. En el secundario hay distancia entre alumno y profesor, pero acá necesitamos que la relación sea más fluida porque el docente se convierte en mentor y eso cuesta”, explica Tirao.

A eso se suma el idioma, y aunque la mayoría habla bien inglés, no todos lo hacen. Además suelen tener un carácter introvertido o miedoso que se convierte en una barrera difícil de romper. Ya en segundo año, sostiene el docente, los estudiantes son más independientes y se asemejan a los europeos o a los argentinos.

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